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Potencial caída de las importaciones textiles norteamericanas podrían impactar negativamente sector textil dominicano y haitiano

A partir del terremoto ocurrido en el vecino país de Haití en el mes de enero del año 2010, Estados Unidos en aras de apoyar a la nación más pobre del hemisferio americano, ahora devastada por un terrible fenómeno de la naturaleza que costó la vida a más de 200 mil personas y destrucciones cuantiosas sobre todo en la capital de Puerto Príncipe, eje económico del mismo, crea la Ley Help, cuyo alcance en términos de beneficios se extiende hasta República Dominicana, permitiendo así, el acceso al mercado norteamericano de ciertas mercancías con cero arancel, incluyendo las prendas textiles elaboradas con tela, estampado, lavandería y diseño realizado en la República Dominicana y el ensamblado final en Haití.

La Ley Help ha facilitado el desarrollo de inversiones conjuntas en el lado haitiano en el parque industrial CODEVI, localizado en el par fronterizo Dajabón-Ounaminthe que se dedica fundamentalmente a la fabricación de jean entre otras piezas textiles.

De ahí, que sin temor a dudas, podemos hablar hoy de una exportación de textiles de carácter insular al mercado norteamericano, la cual representa la suma de las exportaciones textiles haitianas y las dominicanas, que impacta positivamente el empleo en la zona fronteriza.

Ponderando su importancia, surge la pregunta: cuál es la tendencia de estas exportaciones?, para responderla, hagamos una mirada a las estadísticas suministradas por Trade Map en los últimos cinco años.

Según esta fuente de información, las exportaciones textiles de la isla hacia el territorio norteamericano de las partidas 61 y 62, pasaron de USD 539.42 millones de dólares en el 2013 a unos USD 489.19 millones en el 2017 lo cual muestra una reducción del orden del 9%, en un contexto don de las importaciones norteamericanas mundiales de estos rubros permanecieron prácticamente estancadas pues de USD83,744 millones en 2013, pasaron a USD83,619 millones en 2017, es decir una caída de apenas 0.15%.

Al medir la participación relativa de cada uno de los países en el total exportado desde la isla de la lista de capítulos arancelarios de textiles analizados 1 al 2017 los datos de Trade Map muestran que de los USD 489.19 millones exportado por la isla, el 96% corresponde a Dominicana y tan solo un 4% a Haití.

Es necesario destacar que el 82% de las exportaciones de zonas francas de los capítulos analizados de Haití para el mundo, que el año 2017 alcanzaron (USD34.91 millones) están destinadas hacia los Estados Unidos, en el caso de la República Dominicana es el 73% de alrededor de USD460 millones para el mismo periodo.

El comportamiento precedentemente descrito se torna más preocupante si analizamos las importaciones norteamericanas mundiales de los textiles considerados en los capítulos 61 y 62 para el mismo periodo, las cuales prácticamente regresaron en el año 2017 a los niveles del 2013, luego alcanzar un pico de 89 mil millones de dólares durante el año 2015.

Según la revista ADIHNEWS, No.6 volumen 5, publicada por la Association des Industries d’ Haití, en la sección Employment Report , al mes de junio del 2018 existían unos 51, 220 empleos en el sector textil haitiano de los cuales el 90% (46,026) fueron creados en el marco de la aplicación de la Ley Norteamericana Hope.

De ese total, alrededor de 10 mil trabajadores/as se concentran en el parque industrial CODEVI, quienes eventualmente podrían perder sus puestos de trabajo de continuar la pérdida de dinamismo de las exportaciones textiles hacia el mercado norteamericano.

En el lado dominicano, según reporte del Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación de la República Dominicana en su publicación Informe Estadístico 2017 titulado Sector Zonas Francas 40 años, en el 2017 existían unos 165,724 empleos de los cuales 40,864 empleos directos correspondían a las actividades de Confecciones Textiles (24.7%).

Una mirada insular sugiere que alrededor de 86,884 empleos directos podrían perderse si se profundiza la desaceleración de las exportaciones textiles hacia Estados Unidos de Norteamérica, dejando Haití de percibir millones de dólares de una de sus más dinámicas fuentes y República Dominicana también, solo que a esta última nación se le agregaría la profundización de la corriente migratoria de mano de obra haitiana que sería expulsada por la crisis que pudiera provocar la disminución de las compras norteamericanas de textiles a la isla.

Es por ello, que hacemos un llamado a la reflexión para que tanto el gobierno haitiano como el dominicano, dejen de lado los conflictos y se aboquen conjuntamente con el empresario de los dos países a plantear alternativas que les permitan a esta importante actividad buscar nuevos mercados, reorientarse hacia otros rubros y así mantener sus puertas abiertas, operando, generando empleos directos e indirectos en un país sumergido en niveles de pobrezas profundos que solo generando riquezas y distribuyéndola más equitativamente pueden ser superados.

 

 

Por: Juan Del Rosario Santana y Wagner Gomera Aquino *:

Fuente: El Dia

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