Las conversaciones comerciales entre EE. UU. y China no avanzan
China presentó una queja sobre los nuevos aranceles estadounidenses a la Organización Mundial del Comercio.
Dos días de conversaciones de bajo nivel no lograron ningún avance en el enfrentamiento comercial entre las dos economías más grandes del mundo.
Las autoridades chinas plantearon la posibilidad de no más discusiones con EE.UU. antes de las elecciones de mitad de período de noviembre, lo cual hace parecer probable que la guerra arancelaria entre los países ahora está en camino para escalar aún más.
Las conversaciones no arrojaron avances claros, incluso cuando la administración del presidente Donald Trump prepara aranceles sobre US$200 mil millones adicionales de bienes chinos.
Pero pocos esperaban resultados importantes de las negociaciones de esta semana, puesto no participaron altos funcionarios.
Estados Unidos está buscando reformas en la política industrial, en realidad, cambios estructurales que alterarían fundamentalmente el modelo de desarrollo de Pekín, algo en que el gobierno chino tendría dificultades para cumplir por el riesgo de su propia estabilidad y, lógicamente, es poco probable que lo intente.
Según The Wall Street Journal, los funcionarios chinos han dividido las solicitudes de la administración en tres categorías: 30 a 40 por ciento que implica más compras de productos estadounidenses; otro 30 a 40 por ciento que requieren aperturas del mercado, y un 20 a 40 por ciento que toca industrial política, como subsidios para empresas de tecnología y permitir a las empresas de datos de EE. UU. manos más libres en China. Las primeras dos categorías son factibles, pero muchas de las últimas demandas no están en la mesa de negociaciones.
Es muy poco probable que Pekín eche atrás su estrategia de desarrollo de utilizar recursos estatales para forzar a la economía a subir la cadena de valor agregado. Las demandas estadounidenses más ambiciosas incluso podrían requerir restringir el control del sistema bancario por parte del estado para canalizar el capital a las industrias y compañías favorecidas.
Ambos países comenzaron a cobrar los impuestos previamente anunciados sobre US$16 mil millones de las importaciones del otro poco después del mediodía hora de Pekín.
China también presentó una queja sobre los nuevos aranceles estadounidenses a la Organización Mundial del Comercio, de acuerdo con una declaración del Ministerio de Comercio chino en su sitio web.
El TLCAN
En América, otro frente económico importante, las relaciones con sus dos vecinos más inmediatos, las conversaciones entre EE. UU. y México sobre la reactivación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte parece que continuarán la semana próxima, y el ministro de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, dijo que ambas partes aún deben resolver todos los asuntos pendientes.
Canadá se mantendrá al margen hasta que sus socios del sur solucionen sus diferencias.
Fuente: Acento