Ministro de Economía espera mercado binacional formalice comercio RD-Haití
El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD), Isidoro Santana, aseguró este miércoles aquí, al inaugurar con un discurso la construcción y ampliación del mercado binacional, que esta obra hará más fluido y formal el comercio entre las República Dominicana y la República de Haití.
Refirió que de 14 mercados binacionales existentes en estos momentos en la región, el de Dajabón, al cual concurren 60 mil compradores, registró transacciones comerciales por US$ 159 millones en 2015 y generó empleos para dos mil vendedores, casi el 14% del total de los otros catorce.
Santana, quien representó al presidente Danilo Medina, estuvo acompañado en la mesa principal, entre otros funcionarios nacionales, provinciales y municipales, por el director general de Cooperación Multilateral y Ordenador de los Fondos
Europeos para la República Dominicana, embajador Antonio Vargas.
Recordó que la obstaculización reciente de la actividad comercial en esta región se debe a disposiciones restrictivas, en general motivadas por la dificultad de Haití en aplicar los impuestos arancelarios al comercio.
Atribuyó tales restricciones a la urgencia que tienen las autoridades haitianas en garantizar que los derechos aduaneros aparezcan como la fuente más a mano para la captación de recursos fiscales que les permitan impulsar el desarrollo económico-social de esa nación.
Empero dudó que los flujos comerciales puedan lograrse sobre la restricción de tales importaciones, porque el hacerlo supondría desabastecer el mercado haitiano y someter a su población a fuertes carencias.
El funcionario anunció en consecuencias que la República Dominicana puede contribuir a la resolución de ese problema, debido a que tiene como punto importante la cooperación aduanera con Haití a través del diálogo entre ambos gobiernos.
“De ahí que el reto para los gobiernos a ambos lados (de la frontera) es lograr que podamos trabajar de manera coordinada en el impulso de un proceso de desarrollo que nos beneficie a todos”, aseveró.
A propósito citó la firma del protocolo de intercambio de información aduanera que facilitará el comercio binacional y fortalecerá la lucha contra el tráfico ilícito de mercancías en la frontera, firmado en cumplimiento del memorando de entendimiento suscrito por los directores de Aduanas de ambas naciones el 20 de octubre de 2016.
Santana además rememoró los dos encuentros binacionales de revisión y consenso del protocolo de transporte terrestre transfronterizo, destinados a transparentar los términos y las condiciones aplicados al servicio de transporte internacional de carga y de pasajeros vía terrestre en los cuatro pasos fronterizos oficiales.
“Si algo está claro del lado de las autoridades dominicanas y del propio pueblo es el espíritu de colaboración con la hermana nación haitiana. Si bien nuestra historia ha estado marcada por tradicionales desentendimientos, los acontecimientos históricos no pueden impedirnos perfilar un futuro de avance en armonía”, declaró.
Dijo que fuera de los radicalismos que a veces empujan en ambos lados en dirección contraria, entre ambos pueblos siempre ha primado un espíritu de solidaridad, y recordó que en 1979, cuando el devastador huracán David, uno de los primeros cargamentos de ayuda a la República Dominicana llegó de Haití.
“Pero la expresión cumbre de ese espíritu fue la solidaridad desplegada a raíz del terrible terremoto de 2010. Fue la nación dominicana entera que se volcó en ayuda desinteresada hacia sus hermanos del otro lado de la frontera”, indicó.
El ministro reconoció a la Unión Europea por la construcción de la nueva infraestructura al costo de 400 millones de pesos, con la proyección de que una vez concluya el Proyecto Binacional en su conjunto, posibilitaría albergar hasta a 3, 300 vendedores y contribuiría a un mejor control aduanero y migratorio.
“Esperamos que este mercado sea apenas un eslabón de una colaboración amplia y sólida entre nuestros dos países. Y en esta relación, que puede ser tan positiva como resulta inevitable, la República Dominicana tiene mucho que aportar, dado el mayor desarrollo de sus capacidades productivas”, comentó.
Santana declaró que Haití es de gran interés para la República Dominicana, pues solo con el avance de las capacidades productivas y el desarrollo de la sociedad haitiana se estará en condiciones de mantener las más armoniosas relaciones.
Comentó que de acuerdo con el pensamiento económico mundial y con la experiencia moderna, el avance de las economías y la modernización de las sociedades dependen cada vez más de la ampliación de las relaciones comerciales y de la inserción productiva a las corrientes del mercado internacional. En tal sentido citó que “si eso es así para los grandes países del mundo, de lo cual China es el más ilustrativo ejemplo, lo es con mucha más razón para economías relativamente pequeñas como la haitiana o la dominicana”, países cuyo destino está indisolublemente vinculado, “unidos por la geografía como hermanos siameses”, por lo que es inconcebible percibir la prosperidad de uno u otro sin relaciones económicas fructíferas.
Aseguró que del mercado haitiano depende una porción considerable de las exportaciones de la agricultura y de la industria ligera dominicanas y de algunos servicios y que, con la excepción de las zonas francas y los minerales, Haití es el principal mercado para una amplia variedad de productos dominicanos.
“A su vez, para una gran parte el pueblo haitiano, la República Dominicana constituye el principal proveedor de bienes alimenticios, bienes industriales de consumo en el hogar y de insumos para la construcción, con las marcadas ventajas que implica tener al proveedor a la vuelta de la esquina”, agregó.
“Mientras el comercio de otros puntos fronterizos responde mayormente al tránsito de mercancías provenientes de la capital, en Dajabón el intenso comercio es en gran parte fruto de la producción regional del Cibao central y noroeste, pues este paso fronterizo conecta la zona franca de Santiago y la producción agrícola del valle del Cibao con Cabo Haitiano y el norte de Haití”, explicó.
Y aunque menos conocido, es notable la concentración de población en las cercanías del lado fronterizo dominicano, o en la cantidad de personas que se movilizan los días de mercado, lo cual indica que una gran parte de la población del entorno de Juana Méndez (Quanaminthe) depende de los productos que adquiere aquí, los que, mucho más allá del consumo propio, son fuentes de trabajo y de ingresos para quienes los comercian.
Santana lamentó que la limitada capacidad productiva haitiana determine una desigualdad comercial que, por no ser el resultado de una ley natural, aconseja un esfuerzo conjunto para introducir las disposiciones necesarias que faciliten el comercio y estimulen el crecimiento de las actividades productivas a ambos lados de la frontera.
Fuente: El Nuevo Diario