Latinoamérica se abrocha el cinturón ante caída del crudo y materias primas
El desplome de los precios del petróleo y de las materias primas ha obligado a las economías más fuertes de Latinoamérica a recortar sus previsiones de crecimiento para 2016 y a buscar un salvavidas en la diversificación de sus exportaciones.
La exportación de materias primas es clave en países como Venezuela, Ecuador, Colombia y Brasil, indicó a Efe Hernando Zuleta González, del Departamento de Economía de la Universidad de los Andes, en Bogotá.
Según el economista, el petróleo, hierro y aluminio representan el 98 % de las exportaciones venezolanas.
Para Ecuador, el 86 % de las ventas externas proviene de la comercialización de crudo, banano, flores y camarones; mientras Colombia depende de un 79 % de los ingresos del oro negro, carbón, café, ferroníquel, oro y flores.
“Incluso en Brasil -dijo-, que es de los más diversificados, los bienes primarios representan más de 50 % de las exportaciones”.
Principalmente esas cuatro economías latinoamericanas han sentido con fuerza el derrumbe del precio del petróleo intermedio de Texas (WTI), de referencia en EE.UU., que cerró 2015 con una caída del 30,4 %, lo que supone 16,23 dólares menos en relación con los 53,27 dólares en los que finalizó en 2014; y en el primer mes de 2016 se depreció un 9,23 %.
La baja de los precios del hierro, soja y maíz, entre otros, le costó a Brasil unos 37.000 millones de dólares en exportaciones en 2015, un 19,3 % del total de sus ventas anuales al extranjero, según cálculos del Gobierno.
Pese a este golpe, la depreciación del real frente al dólar estadounidense (del 48 % en 2015) ha contribuido a mejorar la balanza comercial, ya que ha frenado en seco las importaciones y evitado una caída mayor de las exportaciones.
Para menguar la crisis económica, que ocasionó que Brasil cerrara 2015 con una contracción del 3,70 %, el Gobierno lanzó una estrategia de diversificación de mercados, que incluye acuerdos con México, Colombia y Chile, y facilitación de comercio con EE.UU.
Venezuela, con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, según estimaciones oficiales, ha visto mermar el 70 % de sus ingresos por concepto de ventas al exterior de crudo y se ha declarado en emergencia económica, con una inflación anualizada del 141,5 % -hasta septiembre de 2015-, y una contracción del 4,5 % del PIB hasta el tercer trimestre de ese año.
En Colombia, afectada por el fenómeno de El Niño y un aumento en el costo de los alimentos, el Gobierno redujo el presupuesto de 2016 en 2,4 billones de pesos (unos 825 millones de dólares) frente al de 2015 y prevé un déficit presupuestario cercano a los 20 billones de pesos (unos 6.000 millones de dólares).
La estrategia colombiana se centra en diversificar las exportaciones, impulsar la ciencia y la innovación, así como firmar la paz con la guerrilla de las FARC, lo que generaría, según el Gobierno, un crecimiento adicional de entre el 1,5 y el 2 % del PIB.
Sin embargo, el escenario del posconflicto representa un esfuerzo financiero que se ha llegado a calcular en 10 billones de pesos (unos 3.000 millones de dólares) anuales durante la siguiente década.
Ecuador tuvo el año pasado pérdidas de un 7 % de su PIB en sus exportaciones, lo que se sumó a la apreciación del 25 % del dólar, moneda que el país adoptó en 2000.
Entre las principales medidas adoptadas para hacer frente al fortalecimiento de la moneda estadounidense y a la baja del precio del crudo está la aplicación de salvaguardias aduaneras a cerca de un tercio de las importaciones.
En Chile, la caída del precio del cobre, cerca del 60 % del valor de sus exportaciones, ha forzado a revisar a la baja las proyecciones fiscales, considerando que se elaboraron sobre la base de 2,50 dólares por libra de cobre, frente a los 2 dólares actuales.
Al ser un importador neto de petróleo, los menores precios le han permitido a Chile, sin embargo, un ahorro importante de divisas, reforzado por la depreciación del peso local frente al dólar (17,18 % en 2015).
Otras autoridades como las peruanas, paraguayas y bolivianas también han culpado a la caída de las materias primas de la disminución de su crecimiento económico.
México ha paliado el impacto de un retroceso del 32,9 % de sus ingresos petroleros en 2015 gracias a su “despetrolización”, basada en la diversificación de las fuentes de entradas, y la compra de coberturas petroleras, con las que aseguró el precio de 49 dólares por barril en 2016.
Las refinerías argentinas venden el oro negro al doble que los mercados internacionales por una decisión gubernamental que apunta a proteger la industria local. El actual Gobierno, tras la devaluación del peso, convalidó una baja en la venta interna del barril de hasta casi 60 dólares.
La apreciación del dólar y su efecto deflacionario en el precio de materias primas también ha afectado las exportaciones de granos y carne de Argentina.
EFE
Fuente: Diario Libre