Australia amenaza con recurrir a la OMC por los altos aranceles que China aplicará a su cebada
Australia, «decepcionada» por la decisión de China de aumentar los aranceles a la cebada que le compra, declaró el martes que no descarta llevar este problema ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), lo que aumentaría la tensión que preside actualmente sus relaciones bilaterales.
Esta medida fiscal es la última de una serie de sanciones que China ha decidido aplicar a Australia, país con el que ha tenido varios desencuentros diplomáticos en las últimas semanas.
Pekín anunció el lunes que aplicará aranceles de 80,5% a la cebada australiana tras haber comprobado que las importantes subvenciones australianas a la producción de este cereal han «asestado un golpe considerable al sector nacional».
Los dos países han manifestado sin embargo que estas diferencias en torno al comercio de la cebada son un problema técnico que se ciñe al ámbito exclusivamente comercial.
La administración australiana también minimizó los miedos a una guerra comercial, afirmando que no se va a aplicar la política del «ojo por ojo» con China.
«Decepcionado es poco», admitía el martes el ministro de Agricultura australiano, David Littleproud. «Negamos categóricamente la idea de que la cebada de Australia está subvencionada de alguna manera», agregó.
«Vamos a trabajar con las autoridades chinas, con calma, y nos reservamos el derecho de recurrir a la OMC para que un árbitro independiente decida sobre este tema», agregó el ministro.
Hace una semana, China decidió suspender las importaciones de carne de ternera australiana de cuatro grandes proveedores.
La relación bilateral se ha enturbiado coincidiendo con la petición de las autoridades australianas para que se abra una investigación independiente sobre la forma en que Pekín ha gestionado la crisis del nuevo coronavirus.
En respuesta, el embajador chino en Canberra, Cheng Jingye, se refirió a la posibilidad de boicotear productos australianos.
China es el principal socio comercial de Australia. La tensión entre los dos países comenzó cuando Australia cerró sus puertas al gigante chino de las telecomunicaciones Huawei para construir la red 5G por sospechas de espionaje.
Los ministros australianos de Comercio y Agricultura reconocieron recientemente que sus homólogos chinos ni siquiera les responden el teléfono.
En un comunicado conjunto, cinco organizaciones australianas de productores de cereales explicaron que esta situación corre el riesgo de paralizar sus exportaciones a China, lo que costaría al sector al menos 500 millones de dólares australianos al año (299 millones de euros, 327 millones de dólares).
China compra más del 50% de las exportaciones de cebada australianas. El año pasado importó 2,5 millones de toneladas. Le sigue Japón, que compró 800.000 toneladas.