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La poderosa minería del cobre en Chile, en jaque por bajos precios y COVID-19

El miedo a la propagación del nuevo coronavirus entre los trabajadores y el descalabro en el precio del cobre por la menor demanda han puesto a las grandes mineras que operan en Chile, el mayor productor mundial del metal rojo, frente a un escenario incierto y muy complejo.

Gigantes globales como la estatal Codelco, Anglo American, Teck o Antofagasta Minerals han implementado en las últimas semanas planes de contingencia, que incluyen medidas de distanciamiento social, reducción de costes, paralización de proyectos en construcción o incluso suspensión de algunas operaciones.

«Las distintas mineras están haciendo importantes esfuerzos para cuidar la salud de sus trabajadores y se encuentran revaluando sus planes de inversión a corto plazo, profundizando en la reducción de costos y centrándose en mantener los actuales niveles de producción», dijo a Efe el ministro de Minería, Baldo Prokurica.

Chile, que aglutina el 28 % de la producción mundial de cobre, produjo en 2019 un total de 5,7 millones de toneladas, por debajo de la cifra récord de 5,8 millones del año anterior.

Batería de medidas

Una de las primeras compañías en anunciar cambios fue la canadiense Teck, que el pasado 18 de marzo suspendió temporalmente la construcción de Quebrada Blanca Fase 2, uno de los proyectos cupríferos más grandes del mundo, con 15.000 trabajadores, y cuya inauguración estaba prevista para finales de 2021.

A la canadiense se unieron después la británica Anglo American, que disminuyó las operaciones de su mina estrella Los Bronces, y la chilena Antofagasta Minerals, que redujo en más de un 30 % los trabajadores en las cuatro minas que opera y en un 75 % el personal que construye una nueva molienda en Los Pelambres.

«La minería es clave para que Chile cuente con los recursos necesarios para hacer frente a esta emergencia sanitaria. Por eso, buscamos mantener la producción», dijo a Efe la firma chilena.

La estatal CODELCO, la mayor minera de cobre del mundo, es la única que hasta ahora ha registrado un caso de COVID-19 en un trabajador, lo que la llevó a anunciar la suspensión de tres obras, una de ellas en la gran mina Chuquicamata.

Los expertos, sin embargo, no descartan nuevos movimientos e incluso el cierre de alguna mina en función de cómo avance la pandemia del COVID-19 en Chile, donde ya hay 1.306 casos y cuatro fallecidos, aunque el pico se espera para finales de abril.

El precio, en caída libre

La pandemia del nuevo coronaravirus ha paralizado gran parte de la economía mundial y ha hecho que los precios del cobre, fundamental en la construcción y en la transmisión de energía, se hayan desplomado un 25 % desde mediados de enero por una menor demanda principalmente en China, Estados Unidos y Europa.

El cobre referencial en la Bolsa de Metales de Londres (LME) cayó un 1 % el jueves y cerró en 4.805 dólares la tonelada, unos precios que no se veían desde 2016, cuando se cotizó en 2,07 dólares la libra, aseguró a Efe el analista Juan Carlos Guajardo, de Plusmining.

«Con los precios actuales todavía hay margen para el optimismo, pero por debajo de los 2 dólares la libra la situación se complicaría y en 1,7 dólares sería insostenible», apuntó Guajardo, para quien las mineras se encuentran en una carrera por reducir costes.

El metal es el producto estrella de la economía chilena -representa la mitad de sus exportaciones- y el descalabro de precios también se está notando en las arcas públicas.

«El costo total para el país es aún difícil de cuantificar, pero Chile pierde aproximadamente 60 millones de dólares de recaudación fiscal y 125 millones en el valor de las exportaciones por cada centavo de dólar que disminuye el precio promedio anual del cobre», explicó a Efe el ministro.

Para Manuel Viera, presidente de la Cámara Minera de Chile, hay un resquicio para la esperanza porque China, el país donde se originó el brote y uno de los principales consumidores de cobre, está paulatinamente volviendo a la normalidad y reactivando su economía.

«China respondió con más fuerza a la recesión económica del 2015 respecto a lo que está sucediendo hoy. Es curioso. De todos modos, creemos que la demanda de recursos puede regresar con fuerza en los próximos 12 meses», indicó el empresario, que instó a la industria sanitaria en una carta pública a usar las propiedades antimicrobianas del cobre en la lucha contra el COVID-19.

Por: María M. Mur (EFE)

Fuente: Periódico La Vanguardia