FMI moderará sus previsiones de crecimiento global por impacto de aranceles
«Por ahora, Estados Unidos está creciendo fuertemente, apoyado por una expansión fiscal procíclica y por condiciones financieras cómodas, lo que puede convertirse en riesgo durante un ciclo comercial en proceso de maduración», aclaró.
Washington (EFE/Alex Segura Lozano).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) moderará sus previsiones del crecimiento global, que actualmente están al 3,9 % para 2018 y 2019, por el actual contexto de políticas proteccionistas aplicadas por EE.UU., aseguró hoy la directora gerente del organismo, Christine Lagarde.
“Una cuestión clave es que la retórica se está transformando en una nueva realidad de barreras comerciales. Esto daña no solo al comercio en sí, sino también las inversiones y la industria manufacturera, a medida que la incertidumbre sigue creciendo”, señaló Lagarde en un discurso en la sede del FMI, en Washington.
Además, advirtió de que si las actuales disputas comerciales escalan “todavía más” podrían impactar sobre un rango de economías “más amplio”, incluyendo economías emergentes y en desarrollo.
El Fondo proyectó en julio un crecimiento global del 3.9% para 2018 y 2019, aunque Lagarde adelantó que los próximos pronósticos, que se darán a conocer en Bali (Indonesia) del 8 al 14 de octubre en la asamblea anual del FMI y del Banco Mundial (BM), serán “menos brillantes”.
En esa reunión, gran parte de los ministros de Finanzas y los banqueros centrales del mundo evaluarán la salud de la economía global y discutirán las prioridades del sistema financiero, entre otras cuestiones.
La dirigente del FMI destacó, sin embargo, que el crecimiento económico global “sigue en su nivel más alto desde 2011”, cuando los países se estaban recuperando después de la crisis, y aplaudió que las cifras de desempleo estén bajando “en la mayoría” de naciones.
A pesar de este contexto de bonanza, Lagarde avisó de que la primera potencia mundial, Estados Unidos, puede sufrir en el futuro efectos adversos debido a la reforma fiscal aprobada en diciembre por el presidente estadounidense, Donald Trump.
“Por ahora, Estados Unidos está creciendo fuertemente, apoyado por una expansión fiscal procíclica y por condiciones financieras cómodas, lo que puede convertirse en riesgo durante un ciclo comercial en proceso de maduración”, aclaró.
La tensión comercial entre Estados Unidos y China se encuentra en niveles máximos en estos momentos, después de que Washington impusiera aranceles del 10 % por valor de 200.000 millones de dólares a productos chinos, lo que supuso la tercera tanda de sanciones en el marco de la guerra comercial que libra con el gigante asiático.
La primera llegó en julio y significó unos gravámenes a importaciones chinas (la mayoría del sector tecnológico) por importe de 34.000 millones de dólares, mientras que la segunda fue de 16.000 millones de dólares.
Todas estas sanciones fueron respondidas por China con medidas similares contra los productos estadounidenses, provocando un estado de alerta que está presente en las organizaciones económicas globales.
“Si los países trabajan juntos es mucho más probable que mejoren el bienestar de su gente que si lo hacen por su cuenta”, indicó Lagarde, que abogó de esta manera por acercar posiciones en un sistema comercial global “más fuerte, justo y apto para el futuro”.
En este sentido, alertó de que “romper las cadenas de valor mundiales podría tener un efecto devastador en muchos países y podría evitar que las economías emergentes alcancen su potencial máximo”.
Más allá del sistema comercial, Lagarde advirtió de que la deuda global ha alcanzado un nuevo récord, situándose en los 182 billones de dólares (157 billones de euros).
“La deuda global -ambas, la pública y la privada- ha alcanzado un récord histórico de 182 billones de dólares, casi un 60 % por encima de la registrada en 2007”, observó Lagarde.
La directora del FMI explicó que después de una década de condiciones financieras “relativamente fáciles”, los niveles de la deuda han alcanzado nuevos máximos en economías avanzadas, emergentes y en países con ingresos bajos.
Este contexto, según Lagarde, ha dejado a los Gobiernos y las compañías de alrededor del mundo “más vulnerables” ante un posible endurecimiento de estas condiciones financieras.
Fuente: Acento