Financial Times: Donald Trump usará ley de emergencia en la guerra comercial contra Beijing
La administración Trump ha decidido restringir las inversiones chinas en compañías y empresas “startup” estadounidenses en sectores desde la industria aeroespacial hasta la robótica conforme se prepara para desplegar su última arma en la escalada de la guerra comercial con Beijing.
Según los expertos, la medida podría tener incluso mayores consecuencias a largo plazo para la relación económica entre EEUU y China que la escalada de la guerra arancelaria recíproca, y representa uno de los mayores cambios en el régimen de inversión abierta estadounidense en varias décadas.
Se prevé que se implementará en una serie de restricciones a las inversiones chinas entrantes que el presidente Donald Trump le ordenó al Tesoro estadounidense que preparara y publicara esta semana. Deben acompañar los aranceles ya anunciados sobre los US$50 mil millones en productos chinos que tienen como propósito forzar el cambio en las prácticas de propiedad intelectual de Beijing.
La medida probablemente ralentizará aún más las inversiones chinas en EEUU. Según la consultoría Rhodium Group, la inversión extranjera directa china en EEUU se desplomó más del 90 por ciento hasta la cifra de solo US$1.8 mil millones en la primera mitad de 2018 en comparación con el mismo período del año pasado. En 2016, las empresas chinas alcanzaron la histórica cifra de US$46 mil millones en inversión extranjera directa en EEUU.
El alcance exacto de las medidas de inversión ha sido objeto de discusiones internas en la administración Trump en los últimos días, según personas familiarizadas con el debate. No está claro qué tan rápidamente entrarían en vigor las restricciones y si se les aplicarían a las inversiones chinas en fondos de capital de riesgo, los cuales proporcionan gran parte del dinero inicial para las empresas “startup” tecnológicas estadounidenses.
Pero según funcionarios y personas informadas sobre las discusiones, la administración ha decidido restringir la capacidad de China para invertir o adquirir compañías estadounidenses en las industrias identificadas por Beijing en su llamado plan Hecho en China 2025.
Xi Jinping, el presidente de China, se ha fijado la meta de encabezar el mundo en esos diez sectores, los cuales incluyen el aeroespacial, la inteligencia artificial, la robótica, los dispositivos médicos y los ferrocarriles.
“China se ha enfocado en las industrias estadounidenses del futuro, y el presidente Trump entiende mejor que nadie que si China logra captar estas industrias emergentes del futuro, EEUU no tendrá porvenir económico, mientras que su seguridad nacional se verá gravemente comprometida”, dijo Peter Navarro, un alto asesor comercial de la Casa Blanca, la semana pasada.
Parece probable que la administración Trump invocará una ley que les otorga a los presidentes estadounidenses poderes amplios en caso de una emergencia económica nacional, la cual seguramente el presidente declarará. La Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA, por sus siglas en inglés) data de la década de 1970 y en el pasado se ha utilizado principalmente para imponer sanciones a países como Corea del Norte e Irán.
Los funcionarios de la administración alegan que las restricciones son necesarias porque EEUU está en una guerra de innovación existencial con China a causa de tecnologías clave que definirán el futuro de las dos economías más grandes del mundo.
Los funcionarios están intentando establecer un régimen separado paralelo a la Comisión de Inversiones Extranjeras en EEUU (CFIUS, por sus siglas en inglés), un organismo interinstitucional. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, había alegado internamente que, si el Congreso aprueba la nueva legislación del CFIUS, le otorgaría a la comisión todas las facultades necesarias.
Pero según personas familiarizadas con la situación dentro y fuera de la administración, quienes abogan por adoptar una línea dura con China han ganado un debate interno y la Casa Blanca ya ha comenzado a decirles a las agencias que deberán colaborar con el Tesoro para implementar el nuevo régimen.
Peter Harrell, quien ayudó a redactar las sanciones y la política de diplomacia económica en el Departamento de Estado durante la administración Obama, dijo que sería inusual que la administración Trump invocara unilateralmente a la IEEPA.
Seguiría la pauta de la presidencia de Trump de invocar la seguridad nacional en sus batallas económicas, incluyendo más recientemente cuando impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio. Trump también ha lanzado una investigación para averiguar si los carros extranjeros representan una amenaza para la seguridad nacional de EEUU, lo cual, según palabras del mandatario el viernes, daría lugar a un arancel del 20 por ciento sobre los vehículos europeos.
“La administración Trump, de forma generalizada, ha borrado la línea y parece estar diciendo que cualquier desafío económico importante que EEUU enfrenta es también una amenaza para la seguridad nacional”, dijo Harrell, quien ahora trabaja en el Center for a New American Security, un grupo de estudio.
Derek Scissors, experto en la relación económica entre EEUU y China en el conservador American Enterprise Institute, dijo que la administración tenía razón en enfocarse en las inversiones de China en sectores claves de la tecnología. Pero que también es probable que enfrente oposición en el Congreso si decide actuar unilateralmente y eludir o suplantar los esfuerzos legislativos para reformar la CFIUS.
“Eso no les va a gustar a muchos en el Congreso, aunque simpaticen con el objetivo general de la política de restricción del acceso de China a la tecnología estadounidense”, dijo Scissors.
La administración ya enfrenta una revuelta de republicanos y demócratas favorables al comercio en el Congreso por el uso de un estatuto de seguridad nacional para imponer los aranceles a los metales y los posibles impuestos a la importación de automóviles.