Poca articulación y deficiencias limitan el mercado dominicano de aguacates
Es el tercer rubro más producido en República Dominicana, que es uno de los mayores productores globales, pero aún así su presencia en los mercados internacionales es modesta. En torno al aguacate orbitan situaciones como las exigentes condiciones para lograr un producto exportable, un tibio apoyo del gobierno, la demanda de una variedad poco producida localmente, la baja articulación entre productores y exportadores, y el efecto ambiental de su producción.
Desde el programa Exportando Calidad e Inocuidad, del International Executive Service Corps (IESC) avisan que las buenas prácticas agrícolas no se asumen de forma sistemática y consistente, lo que provoca que muchos de los aguacates exportables no cumplan el requisito de calidad y tamaño. Calculan que entre 20% y 30% de la producción dominicana de aguacates se pierde.
El jefe del programa, Brian Rudert, aclaró que 96% de la demanda mundial de aguacates se concentra en la variedad hass, también producida en la República Dominicana, pero marginalmente. En este sentido, dijo que sólo 10% de las cosechas locales son de esa variedad, mientras que el resto es el cáscara verde.
Víctor de Oleo, facilitador de la cadena de valor del aguacate del programa -un proyecto del Centro para Desarrollo Agropecuario y Forestal (CEDAF)-, expresó que la demanda crece fuerte en la variedad hass, con un alza de 10% anual, mientras que la de cáscara verde se mantiene. “Nuestro cáscara verde se vende, pero ese mercado es comparativamente pequeño con el del hass, que está dominado por México”, dijo.
Resaltó que desde Europa, especialmente en la región oriental y meridional, se mantiene la demanda de la variedad más producida en el país. Pero, los costos de traslado del producto a esos destinos y las exigencias del transporte reducen la rentabilidad.
En 2015, último dato disponible, las exportaciones de aguacate se situaron en US$16.5 millones.
De Oleo señaló que República Dominicana es uno de los países que vende más baratos sus aguacates, como una vía para presionar por mayores ventas en los mercados internacionales. Un informe del programa IESC señala que esa práctica se hace “en detrimento del país”, que ya tiene una base exportadora muy sólida en el mercado de Estados Unidos.
Con el elevado crecimiento anual de la demanda de la variedad hass, cualquier baja del suministro genera alzas imprevistas de los precios. Justo eso ocurrió a mediados del año pasado, cuando México (el mayor productor del mundo) redujo las exportaciones de hass, lo que en un año llevó los precios de casi US$20 a más de US$70 por caja, el más alto en tres décadas. A finales de 2016, la producción se recuperó, pero los precios no volvieron a la normalidad. En contraposición, la cotización de la variedad cáscara verde dominicana se mantiene estable en torno a los US$14.
Pero los representantes del programa creen que, más allá de las particularidades de los mercados, dos factores impiden que el sector avance más: la falta de articulación entre los productores y los exportadores y, por otro lado, la ausencia de políticas gubernamentales enfocadas en el rubro del aguacate. Solucionar ambas, consideran, podría posicionar al aguacate dominicano como marca país, como sí ocurre con otros competidores.
Por: Suhelis Tejero
Fuente: Diario Libre