Reformas estructurales para exportar más
Por Andrés Dauhajre hijo. Cuando se analiza el comportamiento de las exportaciones de República Dominicana durante los últimos 18 años, encontramos una serie de resultados que nos ayudan a comprender si estamos haciendo o no todo lo necesario en materia de política económica para que las exportaciones se conviertan en una de las fuentes claves del crecimiento de nuestra economía.
Encontramos en primer lugar que las exportaciones totales han pasado de US$4,614 millones en 1997 a US$9,920 millones en el 2014, para un crecimiento anual promedio de 4.6% durante ese período. Cuando observamos la composición de las exportaciones totales, resulta que las exportaciones nacionales crecieron a una tasa anual promedio de 9.39% mientras que las de zonas francas lo hicieron a una tasa anual de 2.24%.
Si nos adentramos en el análisis de la composición de las exportaciones nacionales, resulta evidente lo siguiente: a pesar de que exportamos mucho menos azúcar, café, tabaco (fuera de zonas francas) y ferroníquel que hace 18 años, estas caídas han sido más que compensadas por el aumento extraordinario de las exportaciones de oro y plata, las cuales pasaron de US$27.3 millones en 1997 a US$1,624.7 millones en el 2014, el crecimiento anual promedio de 8.85% de las exportaciones de combustibles y alimentos en puertos que se producen cuando vendemos ambos productos a los cerca de 50,000 vuelos que salen de República Dominicana, y el crecimiento anual promedio de 14.75% de las exportaciones de “productos menores”.
En el caso de las exportaciones de zonas francas encontramos que las exportaciones de confecciones textiles son 50% más bajas que las del año 2000. Todas las demás categorías de producto han registrado crecimiento en los últimos 15 años. Las de productos médicos y farmacéuticos crecieron a una tasa anual promedio de 11.0%; las de tabaco y derivados en 4.3% anual; las de productos eléctricos en 2.65% anual aunque desde el 2008 muestran una tendencia a la baja; las de joyería en 2.03%, exhibiendo desde el 2008 igual tendencia a la baja; las de calzados en 0.79% anual, aunque con un significativo repunte a partir del 2010; y las de otras manufacturas en 5.75% anual.
Como porcentaje del PIB, las informaciones oficiales muestran que mientras en el período 1997-2000 las exportaciones totales promediaron un 24%, el año pasado apenas representaron el 15.7% del PIB. Encontramos también que esta baja no ha sido más pronunciada debido a dos eventos de gran trascendencia.
En primer lugar, el inicio de las operaciones de Pueblo Viejo Dominicana Corporation, un resultado que se produjo como consecuencia del acuerdo alcanzado entre el Gobierno Dominicano y la Barrick Gold en 2009 para modificar el contrato previo con Placer Dome y viabilizar la inversión extranjera más grande de la historia de nuestra nación. Por esa razón hoy exhibimos en nuestras cuentas externas exportaciones de oro y plata superiores a los US$1,600 millones, equivalentes al 35% del total de las exportaciones nacionales. Y en segundo lugar, por el lamentable terremoto que afectó seriamente a Haití en la tarde del 12 de enero del 2010. Las ayudas que comenzó a recibir el vecino país unida a la rápida capacidad de respuesta de nuestros sectores agropecuario e industrial, crearon las condiciones para un boom de exportaciones de “productos menores” hacia Haití. De US$260 millones que habíamos exportado a Haití en el 2009 pasamos a US$1,041 millones en el 2012. A partir del 2013 las exportaciones hacia Haití comienzan a descender, lo que podría deberse en parte a prohibiciones y otras restricciones al comercio que ha establecido el Gobierno haitiano.
Estos dos factores han sido claves para evitar graves problemas a las cuentas externas del país. Si dejamos fuera del análisis del comportamiento de las exportaciones totales las de oro y plata, y las que tienen a Haití como destino, las exportaciones totales habrían ascendido a US$7,460 millones en el 2014, apenas US$490 millones por encima de las del 2007. Como porcentaje del PIB, las exportaciones totales excluyendo oro y plata y las destinadas a Haití, caen desde 23.7% en el período 1997-2000 a 10.9% en el 2014.
Lo anterior revela que si dejamos fuera el impacto de la Barrick Gold y el generado por el terremoto de Haití, el comportamiento de las exportaciones de bienes de la República Dominicana deja mucho que desear. Tomemos el caso de Chile. Las exportaciones totales crecieron a una tasa anual promedio de 9.4% en el período 1997-2014, sin grandes disparidades en el crecimiento por categorías, pues mientras las exportaciones agropecuarias, silvícolas y pesqueras crecieron a una tasa anual promedio de 7.7%, las industriales y las mineras lo hicieron a una tasa anual promedio de 8.7% y 10.3%, respectivamente. Como porcentaje del PIB las exportaciones chilenas han pasado de 20.1% en 1997 a 31.9% en el 2014.
Cuando se conversa con los exportadores chilenos y se les pregunta cuáles han sido los dos principales factores detrás el éxito exportador de Chile, la gran mayoría apunta al arancel uniforme de 6% y a una política cambiaria que ha evitado en todo momento generar un sesgo anti-exportador.
Fuente: El Caribe